HUNGER: El poder de la imagen y la palabra

NOTAS:

  • FilmAffinity: 7,3/10 
  • ImBD: 7,6/10 
  • ECO: 9/10



FICHA TÉCNICA:


  • Título original: Hunger 
  • Año: 2008 
  • País: Irlanda 
  • Director: Steve McQueen 
  • Guion: Steve McQueen, Enda Walsh 
  • Reparto: Michael Fassbender, Liam Cunningham, Liam McMahon, Lalor Roddy, Stuart Graham, Brian Milligan, Dennis McCambridge 


SINOPSIS:


Crónica de la vida en la Maze Prison, una cárcel de máxima seguridad de Irlanda del Norte, a través de los emotivos acontecimientos que tuvieron lugar en 1981 con motivo de la huelga de hambre del IRA, liderada por Bobby Sands. La película describe lo que ocurre cuando se obliga al cuerpo y a la mente a ir más allá de sus límites. Celebrada ópera prima del director y guionista Steve McQueen. Obtuvo el Premio Cámara de Oro en el certamen "Un Certain Regard", en Cannes. (Fuente: FILMAFFINITY) 



CRÍTICA: 


2008 es un año en el que la industria del cine de Hollywood dejó buenas y laureadas películas, que tuvieron una gran acogida popular, como es el caso de títulos como Slumdog Millionaire (Idem, Danny Boyle, 2008) y El curioso caso de Benjamin Button (The curious case of Benjamin Button, David Fincher, 2008). Pero, como cada año, hay alguna joya que no llega a aparecer en las carteleras de los cines españolas. Ese es el caso de Hunger. Ninguna distribuidora quiso comprar los derechos. Es más, ni siquiera se llegó a doblar a nuestro idioma. Oficialmente, se dijo que era por la presencia de numerosos planos de desnudos frontales. Extraoficialmente, hay quien alude motivos políticos. En España tenemos el antecedente reciente de ETA, un grupo terrorista similar a lo que era el IRA, en ese entonces, para el Reino Unido –siendo algo reduccionistas...–. Un par de años antes del alto el fuego de ETA, con la cantidad de miembros presos en las cárceles españolas, ¿os imagináis lo que podría haber supuesto el estreno de una película en la que presos del IRA luchan por sus principios ideológicos y políticos hasta llegar a la muerte? ¿Os imagináis cómo sería trasladar el trascurso de la historia a una cárcel española, con presos de la banda terrorista ETA? Motivos hay para pensar que esto ayudó a que ninguna compañía se decidiera a distribuir esta cinta. 
Sería difícil definir Hunger con una sola palabra. Es una película dura y muy cruda, pero a la vez de una extrema belleza y profundidad. Un jovencísimo Steve McQueen de 31 años, que años después nos deleitaría con la infravalorada Shame (Idem, 2011) y se daría a conocer mundialmente con la oscarizada a mejor película 12 años de esclavitud (12 years a slave, 2013), debuta en la gran pantalla con esta obra minimalista, en la que otorga todo el poder a las imágenes y los pocos -pero intensos- diálogos que tiene. 

Curiosamente, el director decide prescindir de melodías para su banda sonora (exceptuando los minutos finales de la película), para darle a esos largos silencios el poder de evocar sentimientos en los espectadores. El silencio solo es interrumpido, en ocasiones, por ruidos; sonidos que nos hacen sentir que estamos dentro de la escena, que somos testigos presentes de todo lo que estamos viendo (el murmullo de la gente, el trinar de los pájaros, el temblor de una pierna inquieta, el barrido de una escoba…), dándole un realismo adicional al filme. 
La película gira en torno a una cárcel de presos del IRA. Se divide claramente en tres partes: La primera muestra cómo es la vida de uno de los carceleros, la cual enlaza con la segunda parte, en la que se nos hace ver cómo era la vida de los prisioneros en una celda de la prisión. Desde que el joven revolucionario entra en la prisión, el director quiere que el espectador sienta como propias todas las impresiones y sentimientos del prisionero –nos muestra como son las paredes, la ventana con una pequeña rendija por la que se siente un poco más cerca de su libertad...–. Todo acompañado constantemente de un silencio absorbente que permite una profunda reflexión por parte del público. Además, mediante el uso de una cámara móvil, se pretende que el espectador sea testigo en primera línea de las condiciones de vida, las vejaciones y los maltratos que sufrían los presos del IRA en dicha prisión. La tercera, más larga y última parte, se centra en Bobby Sands, un líder del IRA, que ve como la situación política del momento le empuja a hacer una huelga de hambre para hacerse oír y luchar por sus principios e ideales. Cabe destacar que, a pesar del sufrimiento, violencia y crudeza mostradas en la pantalla a lo largo de la hora y media que dura la obra, se logra algo muy importante: no caer en el sentimentalismo. El sufrimiento es un mal común a todos en este tipo de conflictos y no entiende de bandos. No hay buenos ni malos, solo una sociedad que se va distanciando poco a poco por los ideales políticos… 
Encarnando a Bobby Sands encontramos, debutando en un papel protagonista, a Michael Fassbender; actualmente mundialmente conocido por sus nominaciones al Oscar en 12 años de esclavitud y Steve Jobs (Idem, Danny Boyle, 2015), y su inolvidable teniente británico, Archie Hicox, en Malditos bastardos (Inglorious bastards, Quentin Tarantino, 2009). El actor tarda en aparecer en escena –transcurre casi media hora de película hasta su primera aparición– pero desde que hace acto de presencia en pantalla, desarrolla una auténtica exhibición de recursos interpretativos y muestra esas cualidades que, en poco tiempo, le han convertido en un actor de primer nivel. Partiendo del trabajo puramente interpretativo, hasta llegar al trabajo físico para conseguir dar el máximo realismo a un personaje que sufre el deterioro físico y psicológico constante producido por la inanición. No diré más; es mejor que lo veáis con vuestros propios ojos… 
Y no podría cerrar esta entrada sin hacer alusión a dos escenas. La primera, la que probablemente sea la escena más conocida (dentro de su desconocimiento) de la película: un plano fijo de poco más de 16 minutos de duración, que registra una larga e intensa conversación, filmada sin cortes, entre una persona presa por sus ideales políticos y dispuesto a entregar su vida luchando por aquello que él cree justo y un sacerdote católico (Liam Cunningham), intentando evitarle la muerte, separados únicamente por una mesa y la posesión de la libertad. Poco y mucho, al mismo tiempo. La segunda, y ya termino, la belleza visual con la que el director nos hace experimentar la agonía de un hombre que sabe que va a morir, pero con la conciencia tranquila de morir luchando por lo que cree correcto.

Comentarios

  1. Me gustó muchísimo esta película, realmente.

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    Respuestas
    1. ¡Me alegro!
      Espero que las siguientes te gusten igual o más... ;)

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