Y el segundo mes del año ha llegado su fin. Mes corto con lista menor de películas visionadas. Mismas categorías que el mes pasado y mismos criterios. Allá voy con el breve análisis:
De las 25 películas que he visto a lo largo del mes de febrero, recomiendo 6 de ellas (24%) -una irlandesa, una alemana, una francesa, una japonesa, una británica y una estadounidense-. Sin duda, temáticas variadas, pero ninguna os dejará indiferentes. No os arrepentiréis...
TIENES QUE VERLA SÍ O SÍ (La mejor)
Sing street (Idem, John Carney, 2016, IRL)
El director irlandés, John Carney, vuelve a repetir la misma fórmula -con el mismo éxito- de su anterior película, Begin again (Idem, 2013, USA). Esa receta mágica que, como bien describe Javier Ocaña del diario El País, consiste en "Tres minutos de melodía poderosa y hora y media de película irresistible". Desde que se diera a conocer con Once (Idem, 2009, IRL) -ganando el Oscar a la mejor canción original (Falling slowly)-, la música se ha convertido, indudablemente, en el leitmotiv de su filmografía y queda bien patente en Sing Street, su última película hasta la fecha. Cargada de personajes simpáticos y carismáticos, es capaz de divertir al espectador, a la vez que trata otro tema reiterativo en sus películas: el amor. Entre conversación y conversación, cualquier momento es bueno para introducir un momento musical o poner de fondo un tema de los 80s, pasando por Duran Duran, The Cure, Motörhead y muchos otros. Una hora y media que no te decepcionará en absoluto.
DEBERÍAS VERLA
La conspiración del silencio (Im Labyrinth des Schweigens, Giulio Ricciarelli, 2014, GER)
¿Pasar página de lo ocurrido para poder avanzar como una nueva sociedad democrática o dar a conocer todas las atrocidades que se cometieron en los campos de exterminio, condenar a los responsables en lo que significaría rebuscar en las páginas más oscuras de la historia de tu país, aun habiendo pasado ya 20 años desde aquello? Ese es el dilema que vivió el país germánico durante los años de postguerra y Giulio Ricciarelli lo refleja fielmente en su opera prima, en la que muestra un gran dominio de la técnica del contraluz. Te hace sentir repulsión hacia lo ocurrido durante el nazismo, sin necesidad de recurrir a imágenes desagradables; únicamente mediante el uso de la palabra y los testimonios. Aunque deja algunos temas importante en el aire, es fiel reflejo de lo que debió ser Alemania a mediados del siglo XX.
El principito (Le petit prince, Mark Osborne, 2015, FRA)
He de reconocer que, en parte, era reacio a ver trasformado en animación uno de los relatos que más me encandiló durante mi infancia -e incluso durante mis relecturas siendo ya adulto-, pero he de reconocer que me he llevado una muy grata sorpresa. Principalmente porque NO es únicamente la historia de El Principito de Antoine Saint-Exupery, sino una fábula fantástica que toma el cuento original como excusa para sumergir al espectador en un mundo cuadriculado en el que solo algunas personas a las que llaman locos, se atreven a soñar y a no olvidar al niño que todos llevamos dentro. Técnicamente, es de alabar el hecho de utilizar el stop motion para diferenciar las partes originales del cuento del resto de la historia que se narra. Personajes atractivos, mundos de fantasía y un BSO -obra del maestro Hans Zimmer- con momentos de gran lucidez que te invitarán a "aprovechar la migración de una bandada de pájaros salvajes para evadirte..."
La tumba de las luciérnagas (Hotaru no Haka, Isao Takahata, 1988, JAP)
Considerado como una de las obras maestras del anime japonés y la animación para adultos, los estudios Ghibli nos traen esta historia autobiográfica ambientada la Japón imperial de finales de la II Guerra Mundial, en la que unos hermanos se ven completamente solos después de que un bombardeo estadounidense sobre su ciudad, arrasara su hogar y su familia. Sin grandes alardes visuales, pero con mucho tacto y delicadeza, nos es contado cómo el hermano mayor, Seita, será capaz de cualquier cosa con tal de sacar adelante a su pequeña hermana, Setsuko. Como detalle técnico, cabe resaltar que, como ya se hiciera por primera vez en la historia del cine en El crepúsculo de los dioses (Sunset Boulevard, Billy Wilder, 1950, USA), el narrador es un difunto, como queda patente desde la primera frase. Una joya imprescindible de la animación que poco tiene que envidiar a las superproducciones de Walt Disney, Pixar y Dreamworks, y que será capaz de hacerte sonreír, emocionarte y llorar en cuestión de solo hora y media.
Black Mirror (T3): Playtesting (Playtest, Dan Trachtenberg, 2016, UK)
Desde su estreno en 2011, esta serie británica de capítulos independientes entre sí, nos ha deslumbrado con varios episodios sencillamente brillantes -destacando, por encima del resto Black Mirror (T1): Tu historia completa (The entire story of you, Brian Welsh, 2011, UK)-. En 2016, la exitosa plataforma de películas y series por internet, Netflix, se hizo con los derechos de esta saga que tiene como tema central la tecnología y una ácida crítica a nuestra sociedad, mediante situaciones de una ciencia ficción no tan lejana a la realidad. Playtesting, probablemente sea el capítulo de más terror puro, que plantea la posibilidad de personalizar los videojuegos en función de los miedos y temores de cada uno de los jugadores. Un planteamiento original, conducido y concluido con elegancia y maestría, que te dejará pegado a la butaca durante su hora de duración.
Verano en Brooklyn (Little men, Ira Sachs, 2016, USA)
Una vez más, el cine independiente nos deja una pequeña joya llena de humanidad, pequeños detalles de la vida cotidiana y problemas terrenales con los que podemos sentirnos identificados cada uno de nosotros. Temas como el conflicto de intereses, la crisis económica y la incomprensión a los adolescentes, son comunes en la sociedad de hoy en día, lo que provoca una más fácil involucración en la trama. Se plantea un interesante dilema con difícil solución que, gracias a las grandes interpretaciones protagonistas ofrecidas -principalmente- por Greg Kinnear y Paulina García, se vive más intensamente. Por otro lado, la relación entre los hijos de cada una de las partes del conflicto, conectarán en una bonita amistad que se verá repercutida por los problemas de los adultos. En resumen, una bonita y minimalista obra que refleja el fracaso de la madurez del adulto, tratada con mucho tacto y sensibilidad.
NI FU NI FA
El hombre de las mil caras (Idem, Alberto Rodríguez, 2016, ESP)
Un monstruo viene a verme (A Monster calls, Juan Antonio Bayona, 2016, ESP)
El club (Idem, Pablo Larraín, 2015, CHL)
Hello, my name is Doris (Idem, Michael Showalter, 2015, USA)
Little Boy (Idem, Alejandro Monteverde, 2015, MEX)
La cabaña en el bosque (The cabin in the woods, Drew Goddard, 2012, USA)
Manchester frente al mar (Manchester by the sea, Kenneth Lonergan, 2016, USA)
Happy together (Cheun gwong tsa sit, Wong Kar-Wai, 1997, HKG)
Mi hija, mi hermana (Les Cowboys, Thomas Bidegain, 2015, FRA)
En el bosque (Into the forest, Patricia Rozema, 2015, USA)
Sully (Idem, Clint Eastwood, 2016, USA)
Black Mirror (T3): Caída en picado (Nosedive, Joe Wright, 2016, UK)
Contraband (Idem, Baltasar Kormákur, 2012, USA)
El libro negro (Zwartboek, Paul Verhoeven, 2006, NLD)
NO PIERDAS NI UN MINUTO DE TU VIDA
Casa de arena y niebla (House of sand and fog, Vadim Perelman, 2003, USA)
La cueva (Idem, Alfredo Montero, 2012, ESP)
Hardcore Henry (Idem, Ilya Naishuller, 2015, RUS)
Más allá del amor (Endless love, Shana Feste, 2014, USA)
¡Ave, César! (Hail, Caesar!, Joel & Ethan Cohen, 2016, USA)
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