LA CANCIÓN DEL MAR: Una inmersión en un mundo lleno de imaginación.

La canción del mar (The Sea song, Tomm Moore, 2014, IRL)

Entrado el siglo XXI, Tomm Moore sigue apostando por la tradicional manera de hacer animación en el cine. En un sector dominado por la informática de Pixar, Dreamworks y Walt Disney, da gusto comprobar que aún existen puristas de la animación que logren hacer frente al imperio hegemónico de las grandes productoras estadounidenses.
La mitología, aquellas historias que siempre han maravillado a los niños y creado incertidumbres en los adultos, es el preámbulo utilizado para construir un universo lleno de seres y leyendas del folklore de las culturas nórdicas (gaélica, feroés, islandés, escocés, etc.) perfectamente elaborados e introducidos en una historia que integra a las mil maravillas el mundo real con el de los cuentos y los sueños (o eso es lo que queremos creer).
Otro de sus grandes alicientes es ser consciente del placer que uno está sintiendo deleitándose con el estilo artesanal tan personal que tiene Tomm Moore de crear animación. Trazados sencillos pero muy cuidados, un gran surtido de colores y luces que harán de La canción del mar una experiencia maravillosa, entrañable y emocionante lleno de seres e historias que serán difíciles de olvidar. 
Mis palabras no deberían ser en absoluto sorprendentes o inverosímiles, pues están más que respaldadas por los numerosos premios que ha ganado en la categoría de animación -Premios del cine Europeo, Festival de Gijón, Satellite Awards- además de las múltiples nominaciones a muchos otros galardones internacionales. Una ruta de festivales a la que ya se ha hecho asiduo Tomm Moore si le sumamos los éxitos cosechados con su opera prima, El secreto del libro de Kells (The secret of Kells, 2009, IRL).
Prepárate para sumergirte en un apasionante mundo mitológico lleno de color, seres inimaginables y toneladas de imaginación sin límites, del que no querrás salir nunca.

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