Border (Gräns, Ali Abbasi, 2018, SWE)
Avalada por los numerosos reconocimientos recibidos a nivel nacional -película favorita y la que cuenta con más nominaciones para los premios Guldbagge de Suecia- e internacional -mejor película en el certamen Un Certain Regard del Festival de Cannes y mejores efectos especiales en los Premios del Cine Europeo-, esta película sueca ha llegado por fin a una cartelera española en la que probablemente pase muy desapercibida, sin apenas espectadores que se animen a experimentar las sensaciones contradictorias que evoca una de las grandes revelaciones del años 2018 del cine europeo.
Border es esa película que no teme entremezclar lo real y lo fantástico. Una cinta arriesgada y con aires a algo nunca antes visto, que no se muerde la lengua a la hora de hacer autocrítica hacia la maldad del propio ser humano, a través de la empatía que desarrolla el espectador hacia los personajes.
Su gran virtud es el poder que tiene para mantener la intriga y el interés tanto en la trama central como las intrahistorias que irán surgiendo. Siempre va un paso por delante de lo que somos capaces de intuir. A la larga, los aparentes paralelismos se irán desvaneciendo para fusionarse en una dolorosa realidad que no deja impune a nadie.
Ali Abbasi ha logrado una cinta diferente a todo lo que antes hemos visto, heterodoxamente hipnótica y curiosamente atractiva hacia algo que inicialmente nos repulsa. No te dejará indiferente.
Ali Abbasi ha logrado una cinta diferente a todo lo que antes hemos visto, heterodoxamente hipnótica y curiosamente atractiva hacia algo que inicialmente nos repulsa. No te dejará indiferente.
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